foto Revista Esquiu |
La multiplicación de la oferta audiovisual (más canales de televisión y más emisoras de radio) no ha favorecido, contrariamente a lo que a priori pudiera parecer, una diversificación programática, sino que más bien hemos asistido a una progresiva homogeneización de la oferta. De hecho, y como norma general, la mayoría de los operadores emiten lo mismo a las mismas horas.
Esta tendencia, que se observa desde hace ya algunos años y que tú mismo puedes apreciar si comparas la programación de las distintas cadenas de televisión (TVE-1, Tele 5, Antena 3) y de radio generalistas, ha dotado al sistema radiodifusor de un marcado carácter conservador, en el que apenas tienen cabida el riesgo y la innovación.
Así, la radio convencional sigue mayoritariamente anclada en la misma estructura que se configuró a finales de la década de los 70, mientras que la radio especializada, con grandes posibilidades de diversificación, crece a un ritmo muy lento.
Si ahondamos en torno a las particularidades que en el caso español presentan los modelos de los que hemos hablado, no resulta demasiado difícil apercibirnos de cuáles son sus principales rasgos.
Por una parte, el generalista basa casi toda su programación en dos grandes contenidos, la Información y el Entretenimiento, que se van alternando sistemáticamente a lo largo del día, conformando auténticos bloques uniformes (de 06.00h. a 10.00h., Información;
de 10.00h. a 13.00h., Entretenimiento,
de 13.00h. a 16.00h. Información y Entretenimiento;
de 16.00h. a 19.00h. Entretenimiento, y así sucesivamente).
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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