La sensatez se refugia en los archivos.
O lo que el viento se llevó.
A poco que se navega por internet se encuentran grupos de
personas unidas por los recuerdos, ya sean de ciudades, pueblos o alguna
especialidad como el humor, el cine o el deporte.
Hice mención a la película Lo que el viento se llevó un
clásico de la historia del cine porque está en vías de extinción empujada por
los vientos de las ideologías que soplan sobre la humanidad.
Vientos que arrasan ideales y valores perennes, el idioma
desgarrado, la marcha a la bandera cantada como rap, el poli amor que tiene
aval de la Justicia (o por lo menos de una jueza en Tucumán) y “el día negro”
no existirá más por pedido de una iluminada y bien pagada representante del
pueblo
Ni mencionemos la familia que es el blanco favorito de los
agentes del Nuevo Orden Mundial.
Se proponen cambios que intentan modificar la sustancia, el
ADN humano, para convertirlo en producto de laboratorio.
Pero quedan los archivos, mientras exista un archivo,
existirá la memoria viva, que nos recuerda lo que fuimos e hicimos.
Dicen que después de la pandemia nada será igual.
No temas pequeño rebaño.
Aún queda Dios.
Dios es inmutable. Dios no se muda
En la imagen un árbol que fuera plantado por don Arguello,
padre del recordado cantor de nuestra ciudad, Alberto Arguello.
Ubicado sobre el bulevard 12 de octubre llegando a calle
Urquiza, la foto es gentileza del amigo Miguel Picazzo que se aprecia de pie en
la imagen.
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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