¿Qué anhelamos los seres humanos, ser ricos o felices?
Que tememos
¿perder la prosperidad o la salvación eterna?
Según la publicidad y algunos discursos oficiales, incluso algunas peticiones de la Iglesia parecen ser más una carta intención algún empresario banquero que al Dios de la vida.
El materialismo se ha convertido en la consigna del éxito y de el depende nuestra realización en la vida.
Algunos gobernantes se regodean y frotan las manos satisfecho por el superávit del tesoro nacional, dedicándose con leyes a destruir la vida y la familia, olvidando que la principal riqueza de cualquier estamento y los países son los recursos humanos, en su cultura y patrimonio histórico, entre ella la fe católica.
Los 30.000 fieles que fuimos a la Plaza el 8 de diciembre ¿fuimos por nuestra fe católica?
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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