El hombre hundido en sus dudas y atrapados en sus
pensamientos vivo enojado.
Anda enojado con el calor, la lluvia y el confort que no
disfruta. Sigue habitando en los desiertos.
Que no anda internet, que se cortó el cable, que no encuentra
donde estacionar su automóvil, que el cajero no tiene plata, que las colas para
trámites son largas y lentas.
Son muchas las incomodidades de la comodidad que no
resuelven nuestros problemas.
Pero existe el amor, el silencio y la contemplación de la
creación, sembrar, esperar, ver las flores y el fruto maduro, todo tiene su
tiempo.
Aquel que descubre la belleza en lo frágil, lo pequeño lo
que no encandila, llega a ver sin magia las maravillas de Dios.
A mí me conmueve una flor.
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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