Los payadores hilvanan rimas consoladoras, los relatores no
tienen pausa buscan disimular el sentimiento, y la tribuna La gente ajena al dolor
salta y busca la cámara de televisión para sus 20 segundos de fama, animadores
que distraen con números musicales cambiando el ángulo de la información.
Todo parece ser fiesta, todo parece normal.
Pero no, todo es
ficción.
Un jinete, en su monta más difícil, lucha por su vida en una batalla
desigual.
Jesús María ya no canta.
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Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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