Llegue al barrio allá por 1962, un día de primavera, pocas casas y muchos árboles era el ambiente, calles de tierra, sin iluminación.
Acá me quedé, como parte de su paisaje y su historia, soy el eucalipto que sigue firme contra vientos y tormentas, soy la laguna de la Santa Teresita, de vez en cuando se seca, pero basta un fuerte chaparrón para que vuelva a mostrarse, soy un cuadro mal colgado en la pared de una habitación vacía, soy el rostro de los que ya no están, pero no se olvidan, el flaco Pire, el Beto Ardaiz, el blanco Legman, el chileno Ponce y tantos otros.
Soy El Humor de las Villas, un pedazo de historia en papel, cuando no existía el celular, soy del tiempo del saludo entre vecinos, mateando en la vereda, sin alarmas ruidosas.
Soy la payanca y el barrilete.
Soy la carta esperada, el correo del campo y el almanaque de Molina Campos.
No soy lamento ni reproche, digo solo por decir.
Soy de las cosas olvidadas, soy del barrio, pero el barrio no me ve.
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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