Eran las 7 y 40 del día 29 de junio de 1999, festividad de San Pedro y San Pablo, la lluvia que mansa caía sobre la ciudad desde la madrugada había pintado de gris el amanecer de la mañana, pero todo eso quedo pálido al entrar al estudio de la radio.
Una difusa claridad mostraba el vacío de la mesa de control técnico...no había nada, nada significa que faltaba la consola, la computadora, la compactera y dos deck doble casetera. La difusa claridad provenía de la ventana entreabierta, cuya reja había sido arrancada y por allí ingresaron para llevarse todo el equipamiento.
Al cabo de unos minutos, algo repuesto de la sorpresa, casi sin darme cuenta, me dirigí al Templo parroquial y frente al Sagrario, en el momento de la angustia, invoque al Señor, pidiendo me concediera calma y serenidad para afrontar y reorganizar la situación.
Pero aquel día nublado climáticamente, no oculto el sol ni apago el fuego de la esperanza, tal vez fue providencial, ya que era necesario prenderse con mas fuerza a la fe en el Señor. Era como empezar todo de nuevo y con las manos vacías, no solo vacías de materiales, sino también vacías de apoyo, de decisiones.
El trabajo decidido y voluntario de Néstor Casse, devolviendo al funcionamiento caseteras y otros elementos en desuso, la disposición de Gustavo Telles prestando una consola y la generosidad del comedor Cristo de los Olivos, en la persona de Ana Meriano donando $ 50 y Roberto Corujo, colaboraron para que la radio estuviera funcionando a las 15 horas de ese día.
Y el Señor me respondió con creces, quien a Dios tiene nada le falta, lo material es lo de menos.
Aprendí a dejar el mañana en manos del Señor, darle el manejo de mi vida, y el mapa también, lo mío es “solo por hoy”
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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