Si se quiere imponer una idea en la sociedad se acuña una frase y se incluye en los discursos de los interesados en que la idea se generalice.
Después la repiten como loros los que piensan que han dado un paso al frente si la incorporan a su vocabulario habitual.
Esto sería intrascendente en los ambientes hogareños o de amigos, pero cuando se hace popular en los medios corremos el riesgo de ser masificados por ella.
Se la usa sin analizar, sin investigar a quién
beneficia o por que la han dicho.
Y nos quedamos en la frase, nadando en la orilla, sin entrar en lo profundo, quedando bien incluso porque la he dicho…
Toda frase tiene un trasfondo muchas veces de manipulación, sin darnos cuenta que podemos incluso hacer daño a muchos, si no analizamos el concepto que dicha frase encierra.
La usan gobernantes, políticos, dirigentes, periodistas y predicadores.
Doblemente dañina cuando la usa el periodismo, a veces interesado, otras veces obligado a repetirla, pero por su misión y su vocación a la verdad, está obligado a revisar aquello que dice y como lo dice.
También analice y razone esto que está leyendo, para no cometer el mismo error de mi parte.
Dibujo del Vate Fantasma en #ElHumordelasVillas Nº 59 de 1988
No hay comentarios:
Publicar un comentario