Ver el Mundial de fútbol, deporte popular por excelencia, gente corriendo detrás de una pelota es para muchos un entretenimiento.
Pero al fútbol había que transformarlo en un pasatiempo masivo, capaz de detener el dictado de clases, cerrar un negocio durante el tiempo del cotejo y cosas por el estilo.
Para esa misión los astutos comerciantes usaron los grandes Medios de comunicación para vender todo tipo de productos incluyendo a los futbolistas que son otro producto comercial.
Dentro de los Medios de comunicación existen los periodistas que saben que su trabajo fluctúa entre la pauta oficial, los objetivos de la empresa en la que trabaja y el poder económico de las empresas multinacionales, y en esa madeja de interés comerciales se pierde la objetividad.
Hablar por boca de ganso... Yo no soy tan profundo y tomo al periodista Daniel Balmaceda, cuando dice “se relaciona con la multiplicación de graznidos. Un ganso grazna y el resto lo imita, lo que origina un coro de chirridos. Basta con que un ganso suelte el graznido para que los demás se sumen inmediatamente con el mismo sonido. En este caso, las personas que imitan al iniciador son las que “hablan por boca de ganso”.
En los medios pequeños hacer periodismo de investigación tiene sus dificultades, especialmente por falta de recursos, ya sean humanos o herramientas para el desarrollo de la actividad y no pocas veces por que al medio en que trabaja no le interesa el periodismo.
Volviendo al principio basta con escuchar, no es necesario ver el partido, apreciar como se bastardea la nobleza periodística, aprobando la venganza, para justificar todo lo reñido con el comportamiento que debe imperar, especialmente en profesionales.
Vienen a mi memoria las riñas escolares y ante el reto de la maestra justificarse diciendo “el empezó”
¡Que infantiles somos!
Publicado el martes 13 de diciembre a las 12:10 en:
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