La verguenza de las barrabravas

 En un país tradicionalmente hecho con esfuerzo y trabajo manifestado en cooperativas,

El libro Barrabravas para todos

inmigrantes, campesinos y algunos empresarios pioneros que supieron darle a la industria argentina un lugar destacado, y que la voracidad estatal devoro sin compasión, parece ser que una minoría violenta selecta gozan de algún tipo de protección y permanente golpean a la sociedad.
Me refiero en concreto a las barras bravas.
Las noticias de los Medios masivos nos obligan a convivir con estos violentos sin razón alguna, más allá de la complaciente justificación de algunos sociólogos.
No pasa jornada futbolera, y a veces como anoche, que tenemos que saber de esta violencia, a la que no solo se tolera, sino también se destinan hombres, tiempo y elementos policiales para “ACOMPAÑARLOS” en sus viajes no se cosa que se exalten.
Y pese a los recaudos tomados, igual se exaltan.
A su paso dejan destrozos, miedos y hasta muerte.
Y nos acostumbramos a ello y pronto engrosaran el manual de “costumbres argentinas”.
A veces tímidamente algún periodista se pone duro con ellos, pero hasta ahí nomás, no sé qué pasa después con ese periodista, pero todo sigue igual.
Seguramente hay muchas razones, y hasta justificaciones para su accionar, personalmente creo que tiene que ver con el GRAN NEGOCIO del futbol, que no mira consecuencias  si se trata del poder del dinero.
BASTA
Es tiempo de decir basta, la Justicia, la AFA, los clubes y el gobierno deben ponerse los pantalones largos y actuar para erradicar a las barras bravas.


Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina