En mayo de 1981, en el documento “Iglesia y Comunidad nacional”, decían nuestros obispos:
Imagen Congreso Misioneros Parroquiales |
92- “En realidad el Estado surge de los, hombres, las familias y los diversos grupos en cuanto se reúnen para cooperar en la realización del bien común, es decir, para defender sus propios derechos, de los que ni la comunidad política ni la autoridad del estado son fuente, sino custodio.
Mientras las personas, al reunirse en la comunidad política, se ponen al servicio del bien común de todos, el Estado esta al servicio del bien común de las personas.”
96- La autoridad, por su parte, debe hacer cumplirlas leyes establecidas sin obrar con arbitrariedad.
No queremos la violencia y la mentira, el atropello en la palabra, usada como signo de poder, el puño cerrado y la replica airada y el pedido de auxilio a las fuerzas armadas, una democracia que levanta monumentos a los violentos, usa el garrote para contestar las demandas del derecho, sembrando terror.
Terror en las leyes que matan la vida antes de nacer, nos roban los niños en la educación, pisoteando nuestra dignidad ¡y todo lo arreglan reformando la Constitución!.
Dictando sentencia ala producción, con odio y rencor, sin paz interior y en el interior….el dolor, en la Quiaca y El Impenetrable, en Carlos Fuentealba y en Pocho Leprette.
Pero entonces, la esperanza reacciona, se pone de pie, levanta banderas en manos argentinas, cargadas de fe.
Roguemos a Dios, que la maleza, inmune a los agro tóxicos,
no tape la bandera.
Es la cizaña ahogando nuestro trigo, aunque dijo Jesús,
déjenla, que crezcan juntos,
defendamos la espiga que es la vida,
madurando en el vientre materno.
Tierra fértil que debemos cuidar
de los depredadores de esperanza,
que matan el, mañana de la Patria, a troche y moche,
agazapados como sombras,
en la noche espiritual que quieren imponernos.
Que sepan los agentes del terror,
que reírse de Dios no es cosa buena,
que mañana la vida reirá a carcajadas
cuando pase a cobrarles la factura,
que firmaron un día con la muerte
y para mi solo espero, decir como el poeta puntano, Antonio Esteban Agüero
La noche que fusilen poetas y cantores, por haber traicionado, por corrompido, Quizás a mi me salven estos versos que digo
El Vate
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario