Fue durante el 2008, que se libró una batalla, dura batalla de ambiciones y poder, dura batalla.
Los argentinos vivimos, la vimos y unos cuantos la sufrimos.
Ambientalistas tozudos quieren que se vaya Botnia, no son muchos pero luchan y es su lucha una desigual batalla que no pudo torcer Rossetti Serra.
La cuestión de las retenciones, la jugosa abundancia de las retenciones, que hicieron brillar los ojitos de Cristina y Alfredo derramar lagrimones y la soja que llenaba los galpones auguraba mejores condiciones en remesas de oro al tesoro.
Algo rondaba en el ambiente, El temido y mortal glifosato puso en alerta a Romina y la secretaria de medio ambiente y Fernández –que ironía- quiere vender drogas libremente.
Cuidamos la vida a distancia y matamos en el vientre a la vida del presente.
Y ahora el llanto de los hoteleros, que haremos en verano, si no hay gente, esta es la oportunidad de ganar un dineral y no los dejan pasar.
Y las piezas que se mueven, desplazando a las más débiles, somos menos dicen, pero mas podemos, nosotros manejamos el dinero y nadie a esto le quitara asidero.
Y han creado la ilusión, una vez más, el hombre ha tomado el control.
De pronto, apenas alborea el 2009, el castillo de naipes se derrumba, cuando es ficticio lo que abunda, la naturaleza pasa la factura y una seca que en 100 años no se ha visto le quitó sustento a lo previsto.
El Salmo 32 ya lo predijo el Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos.
Tema al Señor la tierra entera, pero nosotros esperamos en el Señor, El es nuestro auxilio y escudo.
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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