El 6 de enero de 1992 se recibía en Parroquia San Roque el decreto oficial del PEN otorgando al Obispado de Gualeguaychú la frecuencia de radio solicitada 6 meses antes.
El decreto 48/92 disponía que la señal distintiva es LRI 329, para operar en la frecuencia de 95.3, modificada en 1996 por la CNC y transformada en 95.7.
En el mismo decreto se dispone que la misma se otorga para la ciudad de Concepción del Uruguay, como un regalo de Reyes.
Han pasado 23 años de aquel Día de Reyes.
A la alegría, el entusiasmo y la voluntad que hizo posible poner la radio en el aire en solo siete meses, como dicen, mucha agua ha corrido bajo el puente.
Lo mejor que nos pasó es que no había radio católica, no tuvimos modelos, no copiamos a nadie.
Todo lo hicimos con nuestras limitaciones a cuestas, mucha torpeza y falta de experiencia, pero eso si con abundancia de audacia.
Asumimos los cambios tecnológicos dentro de nuestra pobreza y aprendimos de nuestros propios errores.
Pero, les aseguro, todavía somos gente de esperanza y confiamos en la Providencia Divina que es más fuerte que la indiferencia, la miopía o lo que sea que ha transformado a FM Buen Anuncio en una sala cerrada, difundiendo música de una computadora.
Soñamos, y creemos que es posible, tocar los corazones, hacer que la Palabra transforme tanto frio en un fuego misionero.
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
Monseñor Boxler solicitó la frecuencia de radio |
El decreto 48/92 disponía que la señal distintiva es LRI 329, para operar en la frecuencia de 95.3, modificada en 1996 por la CNC y transformada en 95.7.
En el mismo decreto se dispone que la misma se otorga para la ciudad de Concepción del Uruguay, como un regalo de Reyes.
Han pasado 23 años de aquel Día de Reyes.
A la alegría, el entusiasmo y la voluntad que hizo posible poner la radio en el aire en solo siete meses, como dicen, mucha agua ha corrido bajo el puente.
Lo mejor que nos pasó es que no había radio católica, no tuvimos modelos, no copiamos a nadie.
Todo lo hicimos con nuestras limitaciones a cuestas, mucha torpeza y falta de experiencia, pero eso si con abundancia de audacia.
Asumimos los cambios tecnológicos dentro de nuestra pobreza y aprendimos de nuestros propios errores.
Pero, les aseguro, todavía somos gente de esperanza y confiamos en la Providencia Divina que es más fuerte que la indiferencia, la miopía o lo que sea que ha transformado a FM Buen Anuncio en una sala cerrada, difundiendo música de una computadora.
Soñamos, y creemos que es posible, tocar los corazones, hacer que la Palabra transforme tanto frio en un fuego misionero.
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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