NO HABRÁ MÁS PENAS NI OLVIDO
En el nº 486 del documento de Aparecida, aprobado por el Papa, encontramos referencias magisteriales acerca del lugar que los medios deberían ocupar en la evangelización.
Y es el número siguiente el más significativo por encontrarnos en él con decisiones pastorales:
“A fin de formar discípulos y misioneros en este campo, nosotros, los obispos reunidos en la V Conferencia, nos comprometemos a acompañar a los comunicadores, procurando:
a) Conocer y valorar esta nueva cultura de la comunicación.
b) Promover la formación profesional en la cultura de la comunicación de todos los agentes y creyentes.
c) Formar comunicadores profesionales competentes y comprometidos con los valores humanos y cristianos en la transformación evangélica de la sociedad, con particular atención a los propietarios, directores, programadores, periodistas y locutores
d) Apoyar y optimizar, por parte de la Iglesia, la creación de medios de comunicación social propios, tanto en los sectores televisivo y radial, como en los sitios de Internet y en los medios impresos.
e) Estar presente en los MCS: prensa, radio y TV, sitios de Internet, foros y tantos otros sistemas para introducir en ellos el misterio de Cristo.
f) Educar en la formación critica en el uso de los medios de comunicación desde la primera edad.
g) Animar las iniciativas existentes o por crear en este campo, con espíritu de comunión.
h) Promover leyes para crear nueva cultura que protejan a los niños, jóvenes y más vulnerables para que la comunicación no conculque los valores y, en cambio, creen criterios válidos de discernimiento.
i) Desarrollar una política de comunicación capaz de ayudar tanto las pastorales de comunicación como los medios de comunicación de inspiración católicos a encontrar su lugar en la misión evangelizadora de la Iglesia.” (nº 505).
GRAN MISION, PEQUEÑA MISION
Una de las propuestas más significativas de la V Conferencia de obispos, es la Gran Misión continental.
Es tal vez la mayor expectativa que deja para el futuro de la Iglesia Católica en América Latina. Motivada principalmente por el éxodo de bautizados hacia otras confesiones cristianas, sectas e incluso movimientos místicos de dudosa efectividad para las personas, sin olvidar a los bautizados fieles que esperan con “hambre” el alimento que es Dios mismo.
Es una multitud de personas, enfermas, ancianas, presas, solas, angustiadas y depresivas. Una multitud, una gran franja de seres humanos, abandonados, a la vera del camino, como el de la parábola del buen samaritano.
Aunque hubo algunas explicaciones teóricas sobre su implementación, no tenemos, al menos yo, muy en claro como seria su realización y en particular que papel juega la radio católica en esta Gran Misión continental.
Basada en mi experiencia de 15 años en la radio católica, en particular de esta porción de la Iglesia, que es el Obispado de Gualeguaychu, pero un conocimiento a nivel nacional desde la Asociación de radios católicas argentinas, puedo afirmar que se ha descuidado esta herramienta de evangelización.
La Iglesia Católica cuenta con mas de 100 frecuencias activas, otras muchas no se han utilizados y hasta se han devuelto algunas, lo cual es una error jurídico, por que una frecuencia de radio es un bien intrínsico invalorable. San Luís Orione afirmo una vez que una radio tenia mas presencia que 100 parroquias”, aludiendo sin duda al numero de personas a las que se puede llegar por este medio.
Con este convencimiento, estoy seguro que resulta mucho más efectivo y menos complejo que visitar familias “casa por casa”.
Luis Conte
conte1@hotmail.es
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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