En el año de la misericordia se nos ha exhortado a vivir con mayor intensidad este gesto de cercanía con los que sufren.
Se han detectados sectores de la humanidad con mayor necesidad de misericordia de parte de los cristianos.
Sin embargo a mi pobre entender se ha olvidado o al menos descuidado un colectivo que sufre en silencio, tal vez por no saber expresar, o porque su voz no llega a oídos de quienes deben escuchar.
Me refiero a los hijos de padres separados y en nueva unión, seguro no nos hemos dado cuenta de ellos porque nuestra mirada está centrada en el mundo adulto y en aquellos que esta visible.
Así vemos los chicos de la calle, los desnutridos, los que son víctimas de abuso o castigos, pero el sufrimiento no se ve a simple vista.
¿tendremos una pastoral que pueda dar alguna ayuda espiritual a esos niños que sufren la separación de sus padres y deben entrar en nuevas casas con otras madres u otros padres que le imponen con el llamado derecho a rehacer la vida que esgrimen hasta las leyes?
¿Qué será de su vida adulta sin guía de una familia estable, sin valorar la fidelidad o el amor entre sus padres?
Algo podemos hacer, roguemos a Dios por ellos.
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
El Derecero
Del español antiguo.
El Derecero:
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sábado, 2 de julio de 2016
El sufrimiento silencioso
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