Hacía pocos
días habían asesinado a Monseñor Oscar Romero y la Semana Santa estuvo signada
por esta situación.
Los Templos
Católicos permanecieron cerrados debido a los trágicos acontecimientos por
todos conocidos.
Sin embargo,
la imagen de Jesús Cautivo estuvo colocada en el atrio de los templos.
Fueron suspendidas
las procesiones quebrándose una tradición de 50 años.
Solo unos
doscientos católicos residentes en la colonia Costa Rica se atrevieron a salir
a la calle con la imagen de Jesús.
Ese puñado
de hombres y mujeres derroto al temor y a la amenaza.
Esquiu Nº
1042 de 13 de abril de 1980.
Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Argentina
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